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Por qué los alimentos procesados ponen en riesgo la salud

Por qué los alimentos procesados ponen en riesgo la salud

Aunque tienen ciertos beneficios, lo cierto es que la mayor parte de los alimentos procesados resultan dañinos para la salud, ya que poseen elevados porcentajes de azúcar, grasas saturadas, sal, e incluso de calorías.

Distintas investigaciones señalan que una gran ingesta de estos alimentos podría incrementar el riesgo de desarrollar trastornos cardiovasculares y metabólicos (diabetes y obesidad), al igual que enfermedades coronarias y/o cerebrovasculares.

Asimismo, podrían afectar el sistema cardiovascular de forma indirecta, debido a que se disminuye la ingesta de alimentos mínimamente procesados o no procesados, los cuales resultan muy nutritivos al tener más cantidad de minerales, vitaminas y otros nutrientes.

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¿En qué consisten los alimentos procesados?

Los alimentos procesados, al contrario de los frescos, se caracterizan porque han experimentado alguna clase de cambio, modificación o procesamiento industrial con respecto a su estado natural.

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Esto con la finalidad de contener la actividad microbiana, y así poder impedir que los alimentos se dañen y sea imposible consumirlos.

Ahora bien, cabe decir que los métodos utilizados al momento de su manipulación resultan variados, y es que hay alimentos que se someten a temperaturas elevadas, mientras que otros son sometidos a cadenas de frío, uso de aditivos y conservantes, conservación por curado, etc.

¿Qué tipos de alimentos procesados existen?

La variedad de alimentos de esta clase resulta extensa, ya que existen productos congelados, para hornear e incluso en envases; por lo que es posible que formen parte de tu vida cotidiana y no lo hayas notado.

En este sentido, varios ejemplos de alimentos procesados podrían ser los cereales de caja azucarados, los vegetales enlatados e incluso las carnes, al igual que embutidos, panes, pasteles, y refrescos.

En cualquier caso, cabe decir que los alimentos procesados se dividen en cuatro categorías, alimentos no procesados (o mínimamente procesados), alimentos procesados, ingredientes culinarios procesados, alimentos ultraprocesados, y productos de bebidas.

Los alimentos mínimamente procesados son sometidos a procesamientos suaves, sobre todo con propósitos de conservación, de modo que su contenido nutricional se encuentra alterado de forma mínima.

Los alimentos procesados se obtienen de productos alimenticios tanto de categoría 1 como 2, al añadirles ciertos ingredientes adicionales (grasas, sal y azúcar), por ejemplo, queso, carne enlatada y pan, etc. Normalmente, son productos listos para su consumo.

Los ingredientes culinarios procesados están derivados de alimentos sin procesar, los cuales son sometidos a diversas fases de procesamiento (molienda, prensado, refinado, y/o secado, etc.). Por ejemplo, harina, azúcar, mantequilla, sal y aceite, entre otros.

Finalmente, los alimentos ultraprocesados están fabricados, sobre todo, dentro de la industria, partiendo de ingredientes que se derivan de alimentos y/o aditivos, por ejemplo, galletas, patatas fritas, refrescos, entre otros.

¿Por qué los alimentos procesados suponen un riesgo para la salud?

Consumir alimentos procesados cada día podría resultar bastante peligroso para la salud, lo cual se debe especialmente a los ingredientes utilizados para su preparación.

Generalmente, los alimentos ultraprocesados cuentan con un enorme contenido de azúcar, sodio y calorías, teniendo una cantidad considerablemente menor de vitaminas y fibras de la que ofrece una dieta compuesta por alimentos frescos.

Ahora bien, la principal razón por la que este tipo de alimentos representan un riesgo para la salud, sin duda, consiste en la gran cantidad de elementos que incluyen para garantizar su preservación, homogeneización, e incluso su color final.

Ya que si bien en reducidas cantidades podrían no resultar de riesgo, al ingerirse en grandes dosis y de forma frecuente, podrían causar problemas como obesidad, alergias, diabetes, desmineralización, etc.

Riegos para la salud al consumir alimentos procesados

El consumo habitual de alimentos procesados puede llegar a tener diversas consecuencias sobre la salud, destacando especialmente las siguientes:

1.      Obesidad

El azúcar, muy presente en esta clase de alimentos se encuentra estrechamente asociada con la obesidad, la cual al mismo tiempo podría fomentar el desarrollo de diversas enfermedades crónicas.

2.      Síndrome metabólico / infarto de miocardio

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La ingesta de alimentos procesados, frecuentemente, se relaciona con el síndrome metabólico, una combinación de factores de riesgo, los cuales podrían dar lugar al desarrollo de la diabetes tipo 2 y también de enfermedades cardíacas.

3.      Dolencia del intestino grueso

El desarrollo de la enfermedad intestinal inflamatoria, generalmente llamada colitis ulcerosa y/o enfermedad de Crohn, podría estar igualmente asociado con el consumo frecuente de alimentos procesados.

4.      Enfermedades causadas por autoinmunidad

En aquellos casos donde el sistema inmunológico deja de funcionar como debería y empieza a atacar a las células del organismo, se produce lo que se conoce como enfermedad autoinmune.

Esto ocurre cuando el sistema inmunitario confunde las células que están sanas y las que se encuentran enfermas, atacando a las primeras; algo que también se asocia con la ingesta de estos alimentos.

El lupus, la diabetes tipo 1, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, la tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad de Crohn, consisten únicamente en algunas de las patologías autoinmunes más comunes; sin embargo, también existen otras.

5.      Depresión y ansiedad

Se ha asociado un incremento tanto de la ansiedad como de la depresión con el consumo habitual y excesivo de alimentos procesados, ya que el estómago, donde suele tener lugar la producción de la mayoría de la serotonina del organismo, podría dañarse a causa de los carbohidratos adicionales.

6.      Síndrome del intestino irritable

Finalmente, las dietas compuestas por una gran cantidad de alimentos procesados, se encuentran igualmente vinculadas a una mayor probabilidad de padecer cáncer de colon.